lunes, 12 de diciembre de 2011

ALQUIMIA (Criptica)

Hay ocasiones en las que conoces a alguien, y por una frase, un simple gesto o cualquier otra nimiedad, la condenas al ostracismo, y en el peor de los casos, sin ni siquiera con el derecho a regresar del destierro. Sin embargo, hay otras, supongo que en compensación por las injusticias que cometemos con las anteriores, que en una simple palabra, un simple gesto o cualquier otra nimiedad, crees ver una señal: una alarma, que se dispara dentro de tu cerebro o de tu corazón, y piensas, aunque a veces sea erróneo, que detrás de esa fachada se esconde algo realmente bueno.
Una buena intuición merece ser perseguida. Uno ha de creer en sus propias corazonadas, aún cuando su veracidad sea realmente dudosa a los ojos de los otros. Cada uno cree lo que quiere creer, y sé que esta frase, a más de uno le produce un cierto escozor. Sin embargo, sin fe no hay nada que hacer; simplemente no puedes continuar. Es como si quisieras escalar una montaña escarpada y olvidaras las botas, la cuerda o el piolet…
Con cada alarma, comienza una fase de destilación en la que intentas, aunque normalmente no lo consigas, ser objetiva. Sustituyes el alambique por un bloc, en el que vas anotando una serie de hechos aislados, recopilados por medio de la observación, adornándolos a tu antojo, claro está. Una tarea realmente ardua en ocasiones, pero compensable por el entusiasmo que te invade: el deseo de que descubrirás algo realmente valioso, algo vedado a los ojos de otros. Ya lo decía el principito…
Sin casi darte cuenta vas acumulando una cantidad de detalles o información, que para muchos pasan inadvertidos, y que de alguna forma y sin pretenderlo, vas haciéndolos tuyos; es una fase de fusión, de mezcla, de calentamiento, de cristalización… que puede durar bastante tiempo, aunque la paciencia no sea precisamente uno de tus fuertes y a veces intentes acelerar el proceso.
Casi de puntillas, esa señal, esa alarma que días atrás se disparó, vuelve a resonar. ¿Realmente la has vuelto a oír o es un simple espejismo? Dudas, pero continúas porque sabes que la fe a veces se nos revuelve.
Hay momentos en los que tienes ganas de abandonar, de aislarte o de taparte los oídos, pero sigues, avanzando o retrocediendo, pero sigues, que es lo que importa. Es mucho mejor emplear el tiempo en perseguir corazonadas que depositarlo ante los hombres grises. Si tienes la suerte de llegar al final, ganarás mucho más. Buena inversión.
Sólo es cuestión de tiempo, de paciencia, de saber esperar la luz adecuada, para que no se desprendan demasiados gases tóxicos, para no morir lentamente en el intento. Jamás se debería de tener prisa… o el ciclo volvería a repetirse, haciéndosenos la búsqueda interminable. También es cierto que hay muchas veces, en las que es mucho mejor la escalada que el llegar a la cima. También hay quien dice, que conocer más del setenta por ciento de alguien termina fastidiándolo todo, pero con el tiempo sabes que no te conformarás con ese setenta por ciento, ni siquiera con el ciento veinte por ciento. Es lo que nos hace más humanos, o más estúpidos, que no lo sé muy bien. Sea como sea, y como una es de ideas fijas, continúas buscando tesoros o causas perdidas, aunque tengas que sufrir transmutaciones en el camino, muriendo para volver a renacer purificada, o sumando cicatrices donde antes no existían… ¿No es eso básicamente la alquimia?
Ya lo decía Maquiavelo: “Todos ven lo que pareces, pocos sienten lo que eres”…

Críptica.

1 comentarios:

El desconocido dijo...

tan cercana, tan lejana, tan...críptica. Muchas gracias por obsequiarnos con cosas tan bonitas.

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